Sé que alguno puede sentirse impactado con el homenaje que brindo a la labor educativa del profesorado con este recuerdo cantinflero. Sin embargo hay que reconocer que en la tarea de enseñar y educar nunca debe faltar la compasión, el cariño y hasta el buen humor, por muy difícil que pueda parecer, en la relación con los alumnos y alumnas; todo ello en medio de una sociedad que, muchas veces, no reconoce nuestra labor educativa tan difícil y a la vez tan hermosa. A ver, esa sonrisa.
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